El diseño es una inversión.

Lo primero que se debe hacer es preparar un briefing. Este recoge la información necesaria para abordar el proyecto. Conviene tenerlo por escrito porque es la guía para el diseño (a grandes rasgos, contiene la información de la empresa, el mercado y el encargo) y sirve luego como marco de validación del trabajo realizado. Dependiendo de cuál sea el encargo, la información básica será algo diferente. No es lo mismo el briefing para una identidad corporativa que para un catálogo de producto, para una página web o para una gama de envases. Por eso se ha encargado a seis profesionales de distintas especialidades que elaboraran un modelo de briefing para su campo de actividad.

Si no conoces el mercado de diseño local puedes ponerte en contacto con organismos dedicados a la promoción del diseño o con asociaciones y colegios profesionales que te podrán orientar en tu búsqueda.

Como cada profesional y estudio tienen una manera de hacer, un estilo y un enfoque de su trabajo que responde a determinados intereses profesionales o personales, es importante que su personalidad y estilo sean adecuados para el encargo a realizar. Conviene, pues, seleccionar al equipo de diseño a partir de un buen conocimiento de sus trabajos anteriores pero también de la compatibilidad estilística.

Lo deseable sería al principio, incluso antes de iniciar un proyecto. En el momento en que se detecta una necesidad a resolver y una intención de querer mejorar. Contar con profesionales del diseño desde el comienzo ahorra costes, tiempo y evita desaciertos en el planteamiento de la solución que, una vez implementados, no son fáciles ni baratos de revertir. Y si nos centramos en la sostenibilidad de los proyectos hay más motivos, ya que el 80% de los impactos medioambientales se determinan en las decisiones de diseño.

Sí, siempre que se remunere por ese trabajo. Las ideas y bocetos en diseño no son fruto de la casualidad. Suponen la culminación de una investigación previa y un buen análisis del reto a abordar, conjugadas con un ejercicio de síntesis, elección de conceptos clave y mucha dedicación para encontrar el enfoque adecuado que ha de ser eficaz, original y viable. El resultado, que se plasma en ideas o bocetos, se consigue gracias a la preparación y capacitación específica de profesionales del diseño para ofrecer esas ideas con alto valor intangible, que deben tener su reflejo económico tangible.

La forma de pago es, generalmente, negociable y es bastante frecuente fraccionar el pago de acuerdo con las fases en que se haya dividido el proyecto, de modo que al término de cada fase se pague el porcentaje correspondiente. No hay que olvidar que la parte más importante del proyecto es la primera, cuando se definen las características decisivas, cuando se genera lo creativo, lo esencial; las otras fases suelen ser más mecánicas y, por lo tanto, a esa primera fase debería corresponder un porcentaje mayor del total del presupuesto. En trabajos largos no es raro acordar un pago previo como provisión de fondos.

El diseño es un trabajo colectivo entre la parte contratante y el equipo de diseño y se trata de que de manera colaborativa se consigan cumplir los objetivos propuestos. Sin embargo, hay ciertos límites que se deberían respetar en el trabajo creativo. Hay que evitar interferir en el desarrollo del proyecto por razones de gustos personales u opiniones varias que, aún siendo aceptables, se lanzan influenciadas por razones de incomprensión o falta de visión.

El diseño debe responder a los requerimientos del briefing y ese es el ámbito en que hay que juzgarlo. Procura objetivar los criterios. Deja los prejuicios fuera. Recuerda que lo que has encargado es diseño, o lo que es lo mismo, innovación. Estudia con todo cuidado las propuestas novedosas que entren en conflicto con lo que pensabas, admite sugerencias, estúdialas… Las mejores ideas pueden a primera vista parecer disparates, pero no descartes ninguna propuesta sin analizarla y recuerda que lo convencional no genera aspectos diferenciales.

Si una vez concluido el proyecto descubres que hay que hacer alguna modificación, por pequeña que sea, llama al equipo de diseño. No solo es un derecho. Es una obligación. Recuerda que la autoría es suya.

Dependerá de si así se pactó en las condiciones del contrato. En caso de no constar o no haberse contemplado esta posibilidad, cualquier modificación deberá ser consultada y encargada al equipo de diseño original. Incluso en el caso de no modificarse el trabajo, pero usarse para otro fin o temporada de la que se determinó inicialmente, se deberá comunicar y acordar una remuneración adecuada.

Cuando existe un encargo para la realización de un diseño, los derechos de explotación y registro del diseño pertenecen, salvo que se haya pactado lo contrario, a quien lo encarga.

El diseño desempeña un papel fundamental en el éxito de empresas e instituciones. Según los resultados de ‘A study of the design process’ del Design Council, el buen diseño consigue que los productos sean más competitivos, hace feliz al público y acentúa el poder de la marca. En este sentido, existe una estrecha relación entre diseño y éxito empresarial, según el informe ‘La Economía del diseño de la Comunitat Valenciana’, donde también se afirma que el diseño es una inversión identificada por 3 de cada 4 empresas. Por otro lado, en cuanto a sostenibilidad, el diseño permite controlar hasta el 80% de los impactos medioambientales y además favorece la aplicación de diferentes estrategias y modelos de negocios impulsores de la economía circular.